domingo, 10 de octubre de 2010

Un largo trayecto...

A lo largo de la semana, de los cinco días que voy a trabajar, como mínimo tres me suelo ir en tren. Me gusta, voy leyendo, voy a mi ritmo, me relaja, pues es un trayecto pequeñito (un cercanías vaya) y bueno, me desestresa luego del coche, de tener que aparcar cerca del cole, etc.
El otro día, mientras esperaba el tren, me vino a la mente una noche de reflexión en el camino, en la que hablaba con dos personas que hacía dos días que conocía sobre la vida, sobre las oportunidades, sobre los trenes que hay que coger, etc. Me gustó esa charla, creo que me aportó mucho.
Hoy voy a reflexionar sobre ello y no lo voy a encaminar a la típica frase de “hay trenes que sólo pasan una sóla vez”…. Porque realmente no creo que sea así…En cualquier caso,  a ver qué me sale, veamos:
La vida para mí es como un viaje en tren, lo tengo claro. Podríamos decir que es una comparación extremadamente interesante, cuando es bien interpretada, claro está. Interesante porque nuestra vida es como un viaje en tren, llena de embarques, de desembarques, de pequeños accidentes en el camino, de sorpresas agradables, de algunas subidas alegres… y también de algunas bajadas tristes.
Si lo piensas un minuto, cuando nacemos y subimos al tren, encontramos dos personas queridas que nos hacen conocer el viaje hasta el fin: papá y mamá. Lamentablemente, ellos en alguna ocasión bajan del tren y ya no vuelven a subir. Entonces quedamos huérfanos de su cariño, protección y afecto, pero, a pesar de ésto, nosotros continuamos viajando.
En ese largo trayecto, conocemos otras personas interesantes que suben al tren: nuestros hermanos, nuestros amigos y nuestros amores. Muchos de ellos sólo realizan un corto paseo, otros permanecen siempre a nuestro lado, compartiendo las alegrías y las tristezas.
Tenemos que percatarnos también de que en el tren viajan personas que andan de vagón en vagón ayudando a quién lo necesita. Otros viajan ya cerca de nosotros y los queremos tanto que cuando se bajan dejan recuerdos imborrables.  Muchos incluso viajan en asientos cercanos a los nuestros pero no sabemos quiénes son…. Ni nos interesa averiguarlo.
Hay que considerar también que otros pasajeros, a quiénes queremos, prefieren sentarse alejados de nosotros, incluso en otros vagones. En ocasiones, nada nos impide que tratemos de acercarnos y sentarnos junto a ellos, pero otras veces ésto es imposible porque los asientos contiguos ya están ocupados por otras personas…
Yo pienso que el viaje es así, lleno de atropellos, sueños, fantasías, esperas, llegadas y partidas. Sabemos que esté tren sólo realiza un viaje, el de ida, el de vuelta no es sólo que pura ficción…
Tratemos pues de viajar de la mejor manera posible, intentando tener una buena relación con todos los pasajeros, procurando atender lo mejor posible a las necesidades de cada uno de ellos, recordando siempre que, en algún momento del viaje nosotros mismos podemos perder las fuerzas y necesitar que alguien nos entienda y nos ayude. Es obvio que el gran misterio de este viaje es que no sabemos en qué estación nos toca descender a nosotros…
En este sentido, yo creo que la esperanza ( para quién le falte un poco de eso… en cualquier ámbito de la vida) está en pensar… si el tren disminuyera la velocidad, para que suban y bajen personas… siempre podremos preguntarnos…¿quién subirá, quién será?....puede que incluso, alguien que suba, sea un viejo conocido de la estación principal como, en su día, me sucedió a mí…
P.D.T. Que tengáis todos una feliz semani. Un abrazo grandote.
P.D.T. “Quizá nuestros asientos no son contiguos, pero es muy probable que vayamos en el mismo vagón”.
P.D.T. Al comentario anónimo de “Lolaylo”…espero que estés más animada…y sí, tengo claro que la vida es una cuestión de motivaciones… igual que los animales se mueven por impulso, yo me suelo mover en todos los ámbitos por “motivaciones”. Por cierto, no sale tu blog cuando pincho….
P.D.T. Oye, me voy a los madriles el finde que viene ( tengo ya ganas porque hace unos meses que no voy)… ¿alguna recomendación? He visitado muchos sitios en Madrid, pero siempre voy a sitios nuevos porque para mí es parecido al infinito, siempre descubres lugares nuevos…Probablemente visite el museo Sorolla ( que me queda por verlo), y vaya de nuevo a espectáculos de Jamming… si tenéis alguna recomendación… se aceptan sugerencias jeejejeje. ¡Bicos moitos!!!!

18 comentarios:

  1. Yo hace tiempo que no viajo en tren, y como a ti, me relaja. Pero el avion es mas rapido (aunque menos comodo), y no da a lugar a tantas reflexiones, me temo...

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  2. A mí también me encanta viajar en tren... :)

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  3. Me encanta tu reflexión de esta semana. Me ha dado que pensar, me ha gustado. Besos y pásatelo bien. (yo tambien quiero ir a Madrid, pero de tiendas de lanas, lo siento, es mi debilidad).Rosa.

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  4. Me ha hecho pensar esta reflexión, fantástica, como siempre.

    Cuando nos montamos en un tren sabemos cuándo vamos a llegar, pero no sabemos lo que nos puede suceder dentro de él. En la vida, sucede lo mismo.

    Buena conversación de café Jose, me ha gustado.

    Un beso grandote y buena semana para ti también.

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  5. WOW!!! ENHORABUENA!!! EXCELENTE TU BLOG, GENIAL ESTA ENTRADA!!! DE VERDAD TE FELICITO, ME GUSTA EL CONCEPTO QUE LE IMPRIMES A CADA DETALLE Y TE INVITO A QUE TE PASES POR MI NOSTÁLGICO, OSCURO, TRISTE Y DEPRESIVO BLOG DE INVIERNO PARA QUE ME DES TUS MAS SINCERAS IMPRESIONES AL RESPECTO. DESDE HOY TE SIGO. TE ESPERO POR EL MIO ...

    www.juancarlosmcdonald.blogspot.com

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  6. chu chuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!

    Señores viajeros al treeeeeeeeennnnn!!!

    Willy, a mí también me gusta comparar la vida con un tren. Has descrito detalles que me han gustado: La familia. Nunca la había integrado en mi tren, qué curioso. Es como si viajaran en un tren distinto.

    Buen puente querido y feliz estancia en los madriles.

    Bessiiisss.

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  7. El café de hoy me ha traído un déjà vu de otro café que me tomé en su día en la cafetería de Vero

    La comparación es buena. Podríamos ver la vida así. Yo misma lo he pensado muchas veces... Hay cantidad de casos... Yo creo que ya por eso me gusta más viajar en avión que en tren jajaja porque coger trenes no es lo mío, está claro... :P

    Como le decía a Vero, a veces, tardo en llegar a la estación y pierdo mi tren. Otras consigo llegar, pero mi tren ya ha salido. Otras llego y aún sigue allí, pero yo me pierdo entre los trenes y la gente y al final me acabo subiendo a otro que no es... Otras me subo y me monto en el correcto pero me equivoco de vagón. O, simplemente, no encuentro el asiento que busco. Bien porque no tengo ni idea de en cuál de todos esos vagones viaja o bien porque se haya apeado en algún momento del tren mientras yo no había conseguido aún dar con él... Otras yo misma me desanimo mientras camino de vagón en vagón buscando algo que no encuentro. Pensando que no está. Que tal vez no subió conmigo o que, si está, quizás no quiera ni verme en su vagón y mucho menos, que ocupe el asiento contiguo... Así que al final, siempre me siento donde queda bastante hueco libre, a ser posible, sola, para poder leer a gusto sin que nadie me moleste o para poder elegir un sitio junto a la ventana. Recostar allí mi codo y dejar volar mi imaginación... hacia otra vida y otros trenes donde el asiento contiguo no sólo está libre sino que, además, lleva mi nombre...

    Afortunado tú, que no sólo pudiste subir dos veces al mismo tren sino que, además, te guardaron el sitio ;)

    Feliz semana a ti también. Pásalo bien en Madrid.

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  8. hola willy!desde hoy me monto en tu tren vale?jaja, he estado leyendo los post de tu blog, y te felicito, me ha encantado, me ha gustado la reflexione ferroviaria, yo también soy de trenes...aunque si pienso que los trenes no pasan dos veces por la misma estación...al menos no muchos ;) 1besillo

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  9. P.D

    http://www.youtube.com/watch?v=cdKDbw0gfP0

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  10. Me ha gustado mucho tu equipación de la vida con un tren, y estoy totalmente de acuerdo con que no hay trenes que se puedan coger sólo una vez, errar es humano, y siempre se puede rectificar el rumbo, bajar de un tren y subirnos a otro que en otra ocasión se nos pasó de largo.

    Espero que disfrutes mucho de tus días en Madrid, el Museo Sorolla es una auténtica maravilla, seguro que lo disfrutas mucho. No sé si lo conocerás pero mi rincón favorito en Madrid es el Templo de Debod en el parque del Oeste, cerca de la calle Pintor Rosales, y bueno, ya sabes toda esa lista interminable de exposiciones temporales que hay en la ciudad. Bsos!

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  11. Me ha encantado la comparación que haces entre la vida y el viaje en tren, creo que has dado en el clavo. Respecto a Madrid, ¿has estado en el tempolo de Debod? muak

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  12. Se me olvidó dejarte ayer el enlace a una canción que podría acompañar esta entrada. Últimamente cada vez que escribes un post me viene a la cabeza una canción jajajaja. La verdad es que me resulta divertido. Se llama seat next to you y es de Bon Jovi (pa variar xD). Te dejo el enlace subtitulado por si alguien más la quiere oír :)

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  13. Al nacer entras en el tren y te vas encontrando con gente que entra y sale de tu vagon.. espero que viajemos en vagones cercanos para poder seguir leyendo tus reflexiones, me ha encantado.
    Besos!

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  14. He llegado a tu blog por acasualidad... He leído esta primera entrada y me gusta. Voy a quedarme un ratito por aquí...Te sigo.
    Un saludo,

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  15. A mi me da por comparar la vida con un tren si, pero que hay de aquellos pasajeros que no se suben nunca porque no creen que ese tren vaya al destino deseado, y esperan, y esperan... y nunca llega el suyo?? Y si deciden al final perder la esperanza de que finalmente llegan y se suben a uno vaya donde vaya...porque han perdido la esperanza? y aquellos que precisameente por ese miedo a acabar perdido decidieron no subir al que les llevaba justo donde querían?

    Tonterías... la vida es como es... y si dejas pasar un tren, por el motivo que sea... es porque no era el tuyo, quizás en esa estación esperabas, y en esa espera... cogiste un mapa, en el que descubriste, en el que indagaste, en el que llegaste a la conclusión real de donde querías ir...o de donde... necesitabas, o tenías que ir... De la misma manera, puede que cogieras un tren que te llevaba a un sitio al que no querías,, o no tenías porque estar... sin embargo aprendiste porqué no, o llegaste a un lugar desde el que hiciste un trasbordo totalmente necesario para llegar al destino final...

    Eso de que los trenes pasan solo una vez no es cierto, o si... en cualquier lugar, los errores, los intentos fallidos, los trenes tardíos, y los que se te escapan... forman parte del plan, forman parte del croquis de una vida... por supuesto, quien te acompaña en ese viaje... como tú dices... también.

    Perdon por acaparar!! Me ha gustado tu comparación, espero que te haya gustado la mía.

    Un besito

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  16. Buena metáfora!!
    En Madrid hay dos exposiciones que tal vez te interesen; yo todavía no he ido, pero tengo pensado pasarme cualquier día de estos. Una es la de Miguel Hernández en la Biblioteca Nacional. La otra es de Edward Hopper, en la Fundación Mapfre. Si al final te animas con alguna de ellas cuéntame, a ver qué tal.
    Saludos!

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  17. yo la verdad que no tengo oportunidad de viajar en tren para trabajar. Pero a mi me encanta conducir, yo soy de las personas que en un arranque decide coger el coche y dar una vuelta sin destino alguno, cogiendo la carretera del litoral, por el simple placer de notar el sol y la sensación de libertad que eso me produce.... buena semana para ti también compi

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  18. Lo primero es que estás leyendo el mismo libro que yo. Lo estoy disfrutando mucho y espero que tú también.
    Lo segundo es que no puedo evitar pensar que un viaje en tren lo puedes cambiar con cierta facilidad, puedes bajarte en cualquier parada y coger otro tren distinto. El viaje de la vida es mucho más difícil de enmendar y hay trayectos que no tienen retorno. Y eso precisamente es lo que le da tanto valor a cualquier decisión que tomes.
    El otro día vi una peli en la que un personaje dice:
    "Piensate lo de tener un hijo porque es como hacerse un tatuaje en la cara" Me encantó.

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